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Foto del escritorRevista Luna: VDP

Síndrome de la pubertad

Dentro del mundo del anime japonés existe una amplia clasificación de argumentos, personajes, temáticas y público objetivo. La categoría de dramas escolares cuenta con un catálogo diverso que aborda amplias perspectivas desde la vivencia de los adolescentes y la manera en la que estos se desarrollan en su entorno social. Este es el caso de Seishun Buta Yarō wa Bunny Girl Senpai no Yume wo Minai cuya traducción al español corresponde a «Un adolescente sinvergüenza no sueña con una conejita senpai».


Sakuta Azusagawa es un adolescente de secundaria cuyas relaciones sociales son limitadas ya que en la escuela corre el falso rumor de su conducta violenta por lo que sus compañeros de clase evitan cualquier tipo de interacción con él. Únicamente cuenta con dos amigos Yuma Kunimi, jugador estrella de baloncesto, y Rio Futaba, una introvertida miembro del club de ciencias.


Sakuta está consciente que sus intentos de interactuar con el resto de compañeros de instituto son ignorados de manera constante por lo que ha perdido el interés y la necesidad de entablar cualquier tipo de relación de amistad más allá de Kunimi y Rio. Sin embargo, en una ocasión en la que visitaba la biblioteca se percató que una chica de un grado superior al suyo estaba vestida con un traje de conejita paseando por los pasillos en un intento de llamar la atención de algunos compañeros, pero ninguno parecía estar consciente de su existencia por lo que no prestaban atención alguna a lo que ella tenía para decir. Mai Sakurajima se percató que la única persona en ese espacio que podía verla e interactuar con ella era Sakuta. Acostumbrada al hecho de ser ignorada por el resto de alumnos se despide efímeramente de él y se retira del lugar.


Luego de ese inverosímil acontecimiento, Sakuta intenta confrontar a algunos compañeros respecto a las apariciones en público de Mai con la vestimenta de conejita, pero ninguno parece recordar siquiera su nombre por lo que su existencia es completamente ajena para ellos.


Al terminar la jornada de estudios y dirigirse a la estación de tren, Sakuta se percata del intento fallido de Mai al intentar interactuar con una vendedora de comida ya que esta la ignora por completo. Él se apresura para situarse a su lado y realizar el pedido sorprendiéndose al darse cuenta de que su voz sí es escuchada por la señora.


Ese incidente sumado al que había vivido anteriormente en el instituto lo llevan a preguntarle a Mai a qué se debe ese extraordinario fenómeno de ser del todo ignorada por la mayoría de las personas que se encuentran a su alrededor. Ella responde con naturalidad que siempre ha vivido rodeada de ese tipo de actitudes hacia su persona pero que ha ido en aumento en los últimos meses debido a su desaparición de los medios audiovisuales.


Mai expresa que se convirtió en una estrella televisiva y de cine a una temprana edad por lo que se adecuó rápidamente a diversidad de interacciones humanas que le ayudaron a crear lazos laborales. Durante años se acostumbró a estar bajo los reflectores y ser reconocida en las calles como figura pública sin que esto llegara a afectarle. Sin embargo, al entrar en la etapa adolescente, una producción de comerciales le solicitó que utilizara un traje de baño de dos piezas para promocionar la marca y alcanzar ventas altas durante el verano. Mostrar su cuerpo mayormente descubierto fue un episodio que le causó mucha incomodidad e inseguridad por lo que a raíz de ese incidente decidió alejarse de los medios de comunicación ya que no deseaba volver a pasar por un incidente similar. Sin embargo, no fue una decisión sencilla ya que el medio del espectáculo era el ambiente en el que tenía un sentido de pertenencia. Sin embargo, no estaba cerrada a la posibilidad de volver a él cuando recuperara su confianza.


Jamás pensó que su fama y logros personales llegarían a representar un inconveniente en su desarrollo hasta que se inscribió en la secundaria. Sus compañeros de clase evitaban relacionarse con ella debido a su fama ya que no deseaban verse involucrados en escándalos de farándula. Las chicas la ignoraban ya que algunas sentían envidia de su belleza o simplemente se intimidaban ante sus logros y algunos chicos optaban por no interactuar con ella ya que daban por sentado el hecho que no tenían ningún tipo de oportunidad romántica hacia su persona.


Mai comenta que su particular síndrome de la pubertad corresponde a que todos los individuos que la rodean pasan por alto completamente su existencia al punto en el que no le es posible realizar las compras del supermercado ya que ni siquiera las cajeras parecen notar su presencia. Y esto se detonó desde el momento en que tomó la decisión de abandonar el mundo de la actuación.


Sakuta se encuentra atónito al terminar de escuchar su relato y comprobar que, al preguntar a cualquier transeúnte en la estación si conocían a la actriz adolescente Mai Sakurajima, todos dieron una respuesta negativa. En ese momento se inicia la búsqueda de una explicación respecto al fenómeno y ambos entablan una relación ya que Sakuta sabe de primera mano lo que se siente el ser ignorado por las personas que conforman su entorno.

Ambos personajes tienen un acercamiento empático debido a la similitud de circunstancias que viven de manera simultánea por lo que, involuntariamente, se ayudan de forma mutua a reconocer y reafirmar su existencia a través del otro.


Sakuta incita a Mai a que retome su identidad como actriz ya que ese es ambiente mediante el cual ella se siente reconocida y empoderada así que accede a darle una segunda oportunidad. En el momento en que Mai comienza los ensayos de filmación de una nueva película y abandona el miedo e inseguridad que le provocó haber mostrado su cuerpo en medios publicitarios, todos aquellos que la rodean vuelven a reconocer su existencia. Demostrando así que el personaje había empleado un mecanismo de defensa para pasar desapercibida y evitar cualquier tipo de comentario negativo respecto a su imagen a causa de las noticias en diversos medios de comunicación. Mai debía mostrar su propio deseo de ser reconocida para que así el resto de individuos que conforman su entorno lo hicieran de igual manera. Este es el primer caso del síndrome de la pubertad desarrollado en el anime.


Kaede Azusagawa es la hermana menor del protagonista. Al iniciar la secundaria fue víctima de acoso cibernético por parte de algunas compañeras de clase. Recibía constantes mensajes en los que la insultaban, denigraban e incitaban a acabar con su vida ya que la consideraban un blanco fácil para recibir todo tipo de negatividad. Kaede fue incapaz de manejar la situación por lo que una mañana despertó con una crisis de ansiedad al no reconocer a su familia ni el lugar en el que se encontraba. Al llevarla al hospital, el médico indicó a la familia que ella presentaba un cuadro de pérdida de memoria selectiva y agorafobia. Su madre no soportó el hecho que Kaede perdiera los recuerdos de su familia y a consecuencia de ese hecho, la relación entre ellas se tornó tensa. En vista que ese comportamiento no era el apropiado para su recuperación, el padre de familia optó por desligar a su esposa del trato cotidiano de su hija hasta que ella presentara signos de mejoría. A consecuencia de este hecho, Sakuta y su hermana menor se mudan juntos a un apartamento en el que comienzan a vincularse nuevamente como familia. Durante dos años los hermanos han convivido en ese espacio seguro para Kaede. Ella no ha vuelto a retomar sus estudios presenciales ya que representa un enorme reto el siquiera pensar que debe salir de su hogar para enfrentarse al mundo exterior. Su única interacción cómoda es la que tiene con Sakuta ya que él le brinda una sensación de seguridad. Sin embargo, al darse cuenta que su hermano ya inició el nuevo ciclo escolar en diversificado, decide que es momento de retomar el control de su vida para recuperar un poco de independencia por lo que decide iniciar un diario conformado por pequeñas metas diarias en las que realiza acciones que se encuentran fuera de su zona de confort.


En un inicio, Kaede presenta diversos síntomas de ansiedad como la hiperventilación, sudoración excesiva y temblor corporal. Sin embargo, a raíz de su esfuerzo y perseverancia logra cumplir su primera meta, la cual consiste en interactuar con un individuo a través de una llamada telefónica. Seguidamente, es capaz de colocarse los zapatos para salir al recibidor del apartamento y así disfrutar de los rayos de sol por la tarde. A continuación, Sakuta le acompaña cautelosamente mientras ella baja por el ascensor y cumple la mayor de las metas a corto plazo; salir del complejo de apartamentos y respirar el aire puro en la plaza que se encuentra fuera.


La construcción de cada una de estas acciones que parecen insignificantes representa el progreso de sanación de Kaede. A pesar de los estudios y terapias médicas que recibió luego de su episodio de pérdida de memoria selectiva, estas no fueron de ninguna ayuda ni representaron cambio alguno en su estado emocional ya que ella no se encontraba lista para afrontar cada uno de sus traumas, miedos e inseguridades. Olvidar completamente todos los episodios de acoso y refugiarse en un espacio cerrado en el que no tuviera ningún tipo de interacción social durante dos años fue el mecanismo de defensa que utilizó para evitar relacionarse con aquellos individuos que deseaban hacerle daño. Sin embargo, ella se dio cuenta que con sus acciones herméticas radicales también se estaba privando de una recuperación ya que de esa forma nunca iba a ser capaz de afrontar el problema. Como paso final en el camino a su recuperación, Kaede decide inscribirse en el nuevo año escolar que iniciaría en abril. Sakuta la acompaña en la ruta hacia el instituto y cuando finalmente se encuentra frente al enorme edificio, ella pierde la conciencia y se desmaya.


El equipo médico le realiza diversas pruebas para comprobar su estado mental y caen en la sorpresa que había recuperado todos sus recuerdos. Sin embargo, había eliminado por completo las vivencias en su lapso de confinamiento con su hermano. Por lo tanto, ese periodo de inseguridad y constante temor por la interacción social habían desaparecido sin ningún tipo de explicación científica. Dando por finalizada su etapa de síndrome de la pubertad.


Durante este lapso en el que Sakuta debió cuidar de su hermana menor y dedicarse a procurar su bienestar emocional, él también desarrolló su propia problemática. Tuvo dos episodios en los que despertó a causa de un ataque de pánico nocturno y se percató que en su pecho tenía graves y profundas heridas de laceraciones, las cuales no dejaban de sangrar. El origen de estas representaba un misterio para él ya que en ambas ocasiones se encontraba solo y la idea de auto agresión era inconcebible para él. Estos episodios sumados a la tristeza que le causaba presenciar el estado de Kaede lo llevaron a un resquebrajo emocional ya que sentía que todo dependía de él y no contaba con una persona de la cual pudiera recibir aliento o apoyo; ni siquiera de sus propios padres.


Esto lo llevó al desarrollo de su propio síndrome de la pubertad el cual consistió en una construcción imaginaria e irreal de Shoko Makinohara. Era una estudiante que asistía al mismo instituto que Sakuta hacia la cual él podía acudir en cada momento de debilidad ya que recibiría palabras de aliento y consuelo de su parte. Este producto de su imaginación fue desapareciendo al momento en que entabló una relación con Mai Sakurajima. Ya que fue capaz de crear un vínculo real mediante el cual ventiló sus inseguridades las cuales giraban en torno al miedo al rechazo y el temor a no ser capaz de ayudar en la recuperación de su hermana. Al exteriorizar sus temores en voz alta y con una persona real de su entorno, fue capaz de abandonar la visión que había creado de Shoko para depositar su confianza en Mai.

Su síndrome de la pubertad acabó cuando reconoció ante sus padres que había tenido problemas de auto laceración a causa de la desesperación y el estrés. Igualmente le ayudó el hecho de reconocer sus temores ya que este fue el primer paso para construir una manera de abordarlos y superarlos.


Este anime utiliza la metáfora del síndrome de la pubertad para darle un nombre a las distintas etapas emocionales por las que puede pasar un adolescente. Cada individuo puede presentar padecimientos distintos que parecen estar originados en un argumento de ciencia ficción ya que para los adultos resultan inverosímiles, pero por el hecho que estos no sean capaces de reconocerlos, no significa que no sean reales.


Las interacciones sociales representan un reto en cualquier etapa del desarrollo humano y cada individuo maneja un distinto método de acercamiento que está cimentado en sus experiencias previas. Por lo que, a través de la vivencias del protagonista, se pretende promulgar una interacción social empática que se aleje de cualquier prejuicio y sea a favor de la tolerancia, comprensión y bienestar.




©️ Andrea Morán,

Editora y columnista Luna

Guatemala, 2021.


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