Recuerdo que dejé caer mi cepillo de dientes en el suelo del baño y que al recogerlo me di cuenta que no había hecho la limpieza en varias semanas. Recuerdo que me entró ansiedad por eso. Recuerdo estar pensando en eso, estaba por empezar a escribir en mi computadora, pero me di cuenta que no había terminado de peinarme. Recuerdo que esa mañana no quería levantarme de la cama. Recuerdo que era un día ocupado en el trabajo y yo quería fingir que no tenía mayor cosa que hacer. Ventajas del trabajo en casa.
Recuerdo que desayuné temprano. Recuerdo que me había lavado los dientes, antes. Recuerdo que el día anterior había estado muy nublado, mientras corría las cortinas y me daba cuenta que sería un día oscuro nuevamente. Recuerdo que el día anterior había llovido muy fuerte. Recuerdo que llevo mucho tiempo de no mojarme en la calle. Recuerdo que no extraño estar empapada. Recuerdo que no estoy húmeda desde hace tiempo.
Recuerdo que debo hacer las cuentas. Ayer gasté en unos audífonos. Pensé en que sería buena idea escuchar música mientras trabajaba. Escogí al azar una playlist de Chris Bell. No lo había oído antes, o no lo recuerdo. Pero recuerdo que sí me gusta el género y decidí dejarlo sonando por horas.
Recuerdo comenzar el trabajo. Ya es más de medio día. Aunque se supone que mi horario es flexible, o eso recuerdo que me dijeron. Recuerdo que debo priorizar varias cosas. Tal vez necesite una pausa y levantar la cama, limpiar el baño y esterilizar mi cepillo. Tal vez. Recuerdo que mi mundo puede estar en pausa, pero que la vida sigue fluyendo y más tarde, según recuerdo, tengo una reunión. Recuerdo los pendientes, y prefiero ignorar un rato más esos recuerdos. Vuelvo a recordar mis días.
Recuerdo que tengo tantas cosas de qué recordarme y no puedo darles tiempo a todas estas. Mejor me recuerdo de mí misma. Recuerdo respirar, sentir la humedad de mi cabello en la espalda y sentarme con buena postura. Recuerdo… ¿Qué más recuerdo? Recuerdo que estoy viva, pero también que a veces duele. A veces me arden los ojos después del desvelo. A veces después del baño, a veces porque están secos, a veces porque vi algo que no me gustó. A veces siento el sabor del almuerzo en la garganta. A veces quiero volver a la infancia y tomarme un litro de incaparina. A veces no soy yo misma, o no lo recuerdo.
Pasa una nube sobre la casa y recuerdo que es temprano, pero parece que anochece porque todo se cubre con una sombra que nos observa. Una capa gris que nos cubre del sol pasa a paso delicado, con ritmo suave y sin prisa mientras que yo me veo en la necesidad de encender la luz. Recuerdo que está lejos y no quiero moverme de donde estoy porque mis dedos han recordado cómo escribir relatos extraños y decido dejarlos. Recuerdo lo que estaba haciendo y presto atención a las líneas que llevo frente a mí. El párrafo crece y recuerdo que ésta es la razón por la que hoy desperté.
Mayevi Hadith
Columnista Luna, 2021
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