Hace poco realicé una reseña sobre la música que influenció la poética de César Vallejo. Retomo algunas cosas que hay que recalcar: “La preocupación de Vallejo por la música trasciende a su propia poesía puesto que alcanza a su concepción toda de la vida, o sea que es el ritmo la noción misma de la existencia e incluso de la muerte.” (X. Abril Exégesis Trílcica 2019 pg.70)
La música ha sido parte inmanente del hombre. El ritmo, el sonido, la armonía, la imitación de la naturaleza. Empezó siendo una manifestación de gratitud al entorno y al cosmos.
La música ha acompañado a los cantos y la poesía. Para muestra están los nueve poetas canónicos de la Antigua Grecia. Al canto lírico se le llamó así por estar acompañado de una lira, de acuerdo a los historiadores e investigadores. Toman a la música como el acto de las musas.
Durante la historia del hombre, existieron diversas formas de expresión humana. Todas las culturas del mundo adoraron a sus divinidades acompañados con música llevadas en rituales y ceremonias.
El jazz es un género que viene de los esclavos africanos, surge como una expresión del sufrimiento. Sus cantos y manifestaciones con el uso de la percusión y la imitación de las voces naturales, fueron parte del legado cultural que trajeron a América los nativos esclavizados africanos. (http://www.lafarojazzinstitute.com/historia-y-jazz.html)
Haciendo un estudio sobre el género musical del jazz, me doy cuenta de su influencia en los artistas, específicamente, de la generación del 27 año en el que vivió y murió el príncipe de los cronistas Enrique Gómez Carrillo, quien, en sus descripciones, hace una exégesis de la bohemia, tal como la percibía, convirtiéndola en algo sano, en la verdadera bohemia.
También estaban: Jean Cocteau, Valle – Inclán, Julio Cortazar, Federico García Lorca, César Vallejo. Y, otros artistas como Salvador Dalí, Manuel Ángel Ortiz, el músico Manuel de Falla, o cineastas como Luis Buñuel, por mencionar a algunos.
El jazz trajo consigo cambios en la estructura de las artes. Se adentró con las tendencias vanguardistas en esas épocas en las primeras décadas del siglo xx. Surge el pensamiento: “La importancia de quien improvisa una pieza es similar a la de quien la compone, algo muy similar al proceso creativo surrealista, convirtiendo así la libertad creativa en una característica determinante.” (Iturriaga Ruiz, A. Influencia del jazz en la generación del 27. P. 8) Los teóricos André Breton y Georges Bataille indicaron que el jazz era la manifestación del surrealismo en la música.
En la poesía, han surgido cambios estróficos y estructurales, tales como: la búsqueda de la pureza artística, la autonomía del arte, la modernización, el cuidado de la forma, el europeísmo y el afán por la originalidad. Esto llevó a la modernización de la poesía como un intento de renovarla, buscando nuevos temas y estructuras. Investigaciones dicen que los poetas comenzaron a crear nuevas formas de poesía en una unión de lo verbal con lo pictórico: se introdujeron nuevas formas de escritura como la ausencia de signos de puntuación o el caligrama, y se puso especial atención a la colocación de las palabras y silencios, alterando así el ritmo del poema.
El jazz marcó un antes y un después. Antes, las artes estaban separadas. Los autores no se interesaron en la música, la historia. “La gran diferencia con generaciones anteriores es que estos artistas y poetas fueron en su mayoría universitarios pertenecientes a familias acomodadas que les facilitaron la posibilidad de concentrarse en su vocación artística.”
No cabe duda que el jazz es un género que vino para quedarse. Muchos artistas en la actualidad tienen entre sus melodías, la influencia del jazz. Si no existiera, no tendríamos el blues, el rock, ni la contracultura. Luis Miguel no tendría la calidad vocal y musical que le caracteriza, o el grupo cubano Irakere no pondría a bailar a su público con el estilo latín jazz, Miles Davis no haría los cambios que hizo sin repetir notas, o Erick Clapton tocaría una música que escuchan el montón sin la calidad que el blues le da, por mencionar a algunos.
Como dijo el investigador Marco Aurelio Denegri, el jazz es un arte tan refinado y exótico que “se necesita de otro cerebro para degustar la majestuosidad de la armonía en el jazz.”
La invitación está hecha. El jazz es una expresión que, en un principio, empezó como el recuerdo de historias de opresión y tristeza, ahora es la base de las melodías más trabajadas, más ricas y los ritmos más influyentes para las diferentes ramas del arte, volviéndolas cada vez más revolucionarias, cambiantes, y que haga crujir los huesos del alma.
©️ Claudia Figueroa
Columnista Luna, 2021
Kommentare