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Foto del escritorRevista Luna: VDP

Ore Monogatari

Dentro del basto mundo del anime de género shoujo (categoría dirigida al público femenino adolescente) existe un sinfín de protagonistas masculinos que están dotados de un estereotipo muy determinado. Estos pueden corresponder al chico misterioso del salón de clase, al presidente del consejo estudiantil, el mejor deportista, el más sociable, el mejor seductor, el adinerado y otras categorías. En su mayoría, estos personajes masculinos presentan un aspecto físico encantador, con figuras esbeltas, rasgos faciales delicados y definidos, ojos cautivadores, sonrisas coquetas, y un gran sentido de la caballerosidad. Todos estos factores unificados provocan que la protagonista femenina caiga completamente enamorada e inicien una relación colmada de clichés en escenarios poco realistas y con comportamientos artificiales.

Sin embargo, hay argumentos que se alejan de ese tipo de estereotipos al presentar personajes completamente opuestos en el aspecto físico y de conducta para desarrollar relaciones que sean basadas en nuevos factores que se alejen de los clichés ya conocidos. Tal es el caso de Ore Monogatari que presenta a Takeo Gouda quien es un estudiante de secundaria cuyo aspecto físico está fuera del estándar de sus compañeros de clase. Su altura es de aproximadamente 2 metros, su complexión es del todo fornida, sus facciones faciales son rudas y su voz es bastante tosca. Debido a estos elementos, resulta intimidante para el resto de sus compañeros ya que lo consideran como alguien que no es capaz de mezclarse con el resto del grupo. A Takeo le resulta difícil relacionarse con las chicas ya que estas se sienten del todo intimidadas por su aspecto físico y prefieren tener un acercamiento a su mejor amigo. Makoto Sunakawa cumple con el estereotipo de personaje masculino atractivo debido a su misteriosa personalidad, cuerpo esbelto, facciones delicadas y voz encantadora. Ambos han sido amigos desde la infancia y reconocen que cada uno es poseedor de diversas capacidades y virtudes que los caracterizan.

En una ocasión, en la que ambos tomaban el tren para dirigirse al instituto, Takeo se percató que un hombre estaba actuando de manera sospechosa con una chica. Al notar que ella estaba cada vez más incómoda decidió aproximarse a ellos y se percató que se trataba de un caso severo de acoso ya que el individuo estaba tocando indecorosamente a la chica y ella estaba tan asustada que no sabía cómo reaccionar. Esta acción tan deplorable molestó a Takeo e inmediatamente intervino golpeando al sujeto en cuestión para que se alejara de la víctima. Los elementos de la policía llegaron al lugar y se llevaron bajo custodia al perpetrador. En ese momento, Takeo se da cuenta que la persona a la que acaba de ayudar se trata de Rinko Yamato quien es su compañera de clase.

Rinko se encuentra al borde de las lágrimas y no encuentra palabras para agradecerle por la gran ayuda que le había brindado ya que ella menciona que no tiene el valor para enfrentar ese tipo de situaciones debido a su pequeño tamaño y su personalidad extremadamente tímida. Sin embargo, la acción de Takeo la deja completamente cautivada y busca la manera más adecuada de mostrarle su gratitud además de interesarle establecer una amistad entre ellos.

Los rumores del incidente son rápidamente esparcidos en el instituto y la mayoría de alumnos critican la manera violenta de actuar de Takeo, reafirmando los prejuicios que tienen contra él en cuanto al uso desmedido de su fuerza, siendo un elemento que incide en el temor que algunos sienten hacia él. Las chicas lo tachan de ser una persona violenta y tosca con la cual no desean relacionarse y le indican a Rinko que debería guardar distancia de él para evitar que salga lastimada por sus acciones. Takeo está acostumbrado a que se hable de esta manera a sus espaldas y ya no les presta atención a las habladurías, sin embargo, Rinko alza la voz indicando que él es un hombre gentil y considerado ya que fue el único en el vagón de tren que se acercó a brindarle su ayuda cuando más la necesitaba sin importarle enfrentar a un individuo potencialmente peligroso. Esta declaración es tomada por sorpresa por parte de todos sus compañeros de clase ya que ella siempre ha sido una chica a quien le resulta difícil expresarse oralmente en público, y más aún en defensa de a quien consideran como paira.

Ese es el punto de inflexión para que Rinko tome la decisión de alejarse de todos los prejuicios que ha escuchado sobre Takeo ya que desea conocerlo como verdaderamente es, por lo que inicia a intentar incluirse en su pequeño círculo social.

Anteriormente Takeo se había visto en la constante situación en que las chicas se acercaban a él ya que deseaban obtener información sobre Makoto y únicamente lo utilizaban como un vínculo para alcanzarlo. Por lo que asumió que en esta ocasión se trataba del mismo patrón, así que cada vez que Rinko intentaba tener un acercamiento cordial, se dedicaba a hablar únicamente de Makoto para que ella fuese acumulando la información que necesitaba. Este comportamiento llegó a ser completamente frustrante para Rinko ya que no lograba un acercamiento eficaz con Takeo, así que decidió hablar directamente con Makoto para que este la ayudara con sus intenciones. Acordaron encontrarse en casa de Makoto luego que finalizaran las clases. Rinko acudió a la cita y este la recibió amablemente en su habitación. Mientras se desarrollaba el diálogo, Rinko comienza a derramar lágrimas de frustración ya que tiene la sospecha que Takeo no está interesado en tener ninguna interacción con ella y confiesa que eso la lastima ya que ha iniciado a interesarse sentimentalmente en él. Makoto la alienta a decir en voz alta cuáles son sus verdaderos sentimientos y ella finalmente expresa que se ha enamorado de Takeo. Al finalizar la conversación, Makoto se inclina debajo de la cama para indicarle a la persona que estaba debajo que ya podía salir. Rinko se sorprende completamente cuando se percata que Takeo escuchó toda la conversación y llega a la conjetura que ambos se estaban burlando de sus sentimientos por lo que vuelve a llorar. Sin embargo, Makoto le explica que su amigo necesitaba escucharla decir aquellas palabras directamente para que asimilara la situación y verdaderamente creyera que su interés sentimental estaba dirigido a él.

Makoto sale de la habitación para darles privacidad y ambos permanecen en silencio durante unos minutos ya que están avergonzados. Finalmente, Rinko se arma de valor y confiesa que se ha enamorado de él desde el primer día que lo conoció y que tiene la intención de iniciar una relación. A pesar del asombro, Takeo igualmente expresa que está enamorado de ella y a partir de ese momento se convierten en pareja. La noticia de su relación toma por sorpresa a todos sus compañeros de clase ya que no consideran a Takeo como un candidato apto para ser pareja de Rinko debido a los prejuicios que sostienen sobre él. Sin embargo, todas las habladurías que inician a propagarse son ignoradas por ambos ya que únicamente desean centrarse en conocerse mutuamente.

Por medio de diversas eventualidades, Rinko descubre progresivamente que Takeo poseer una personalidad muy noble, compasiva y servicial. Es un individuo que siempre toma la iniciativa para actuar en el momento que alguien lo necesite, tiene opiniones objetivas y sinceras y es solidario con aquellos a quienes considera sus amigos. Por medio de la relación de Rinko y Takeo, el resto de sus compañeros de clase van tomando consciencia que todos los rumores que creyeron durante años fueron del todo infundados ya que el “gigante” de la clase no actuaba de la manera violenta y desenfrenada que ellos creían. Uno a uno fueron acercándose a Takeo en diversas y variadas interacciones para conocerle verdaderamente y descubrieron en él un sin de cualidades positivas que lo convertían en una persona valiosa.

El personaje de Takeo puede ser tomado como una ejemplificación de cómo los prejuicios que se tienen sobre una persona impiden que el resto de los individuos interactúen con ella y la excluyan de diversos círculos sociales. Sin embargo, la apariencia física no es un indicador certero o verídico que demuestra el tipo de calidad humana que se posee. La concepción respecto a los estándares de belleza no debería estar arraigada en la valorización de las personas para determinar si son merecedoras de inclusión o por el contrario, rechazo. El verdadero valor del individuo radica en la rectitud y bondad de sus acciones hacia todos los que le rodean. ©️ Andrea Morán

Guatemala, 2021.




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