Carlos Interiano
Este será el título de la sección de la «Revista Luna: Versos de Plata» que hoy ve la luz con su primer ejemplar, de manera digital. Esta sección estará a mi cargo, según decisión del grupo de jóvenes escritores que han tenido la feliz iniciativa de fundar este medio de comunicación bajo el liderazgo de Alan Barrera.
En esta sección se abordarán temas diversos relacionados con la poesía y la cultura en general. Por supuesto, a la poesía, como el valor más alto de expresión humana, se le pondrá especial énfasis. Publicaremos poesía de todo tipo, pero especialmente de poetas guatemaltecos, sobre todo, de quienes no han tenido suficiente difusión. El propósito es acuerpar especialmente a los poetas jóvenes que buscan canales de expresión en este país donde el apoyo a la difusión de la literatura novel que aún no se encuentran dentro de un canon, es muy limitado.
En el tema cultural se pretende ser diversos; sin embargo, por la naturaleza de la revista, se tendrá como un pilar fundamental la literatura. Se tiene previsto publicar entrevistas a literatos nacionales de reconocida trayectoria; sin embargo, se atenderán por igual, los intereses literarios y culturales de todos, sin importar edad, posición ideológica o género. Fundamental será que posean talento literario.
En algunas ediciones publicaré materiales de mi autoría: poesía, ensayos, artículos relacionados con temas culturales y de otros autores nacionales.
Espero que este proyecto literario levante vuelo y que mis apreciados escritores jóvenes encuentren aquí, un canal de expresión sin censura más allá de la calidad literaria de sus obras.
EL BARRIO
A todos los barrios que me han abrigado.
El barrio es una tumba que llevamos
dentro anclada como un crucifijo en
las espaldas.
El barrio es un destino que nos cubre
con su manto de ojos oscuros y de
pasos disecados.
El barrio es la risa del ayer que se
queda impregnada en nuestra risa y
nos marca y nos induce a respetar las
raíces de las huellas recorridas.
El barrio no cambia solo cambian los
rostros pero las palabras siguen
siendo las mismas y los amores y
desamores se llenan de vida en cada
poro que exuda el recuerdo.
El barrio no cambia solo cambia el
camino que nos lleva a su encuentro
y la tibia brisa que agita el aliento y la
luna llena de suaves desvelos.
El barrio es el ombligo que nos llama
siempre y nos entretiene con
canciones viejas y el abrazo fuerte
de calles añejas.
El barrio es el sentido que nos da la
pena de sentir la ausencia y valorar la
vida y desandar los pasos de viejos
caminos y llegar sedientos a su viejo
encuentro.
Carlos Interiano
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