Nos han asesinado, queridas hermanas. Nos quieren hacer desaparecer, borrarnos de la memoria fina, poner un manto negro sobre nosotras y fingir que nada jamás sucedió. Olvidan que la sangre se esparce por las orillas
de lo oscuro y que en las celulas del suelo queda marcado el rojo. El suelo no olvida. Jamás olvida. Jamás olvida las caídas provocadas por golpes arrasadores, jamás olvida las gotas de sangre derramada en él, jamás olvida el amor arrebatado a gritos
sintiendo las patadas y aruñadas en él. Quieren que nuestra alma muera, que no seamos nada más que polvo entre la tierra. Desean desgarrarnos todo lo que somos y dejarnos vacías, saciar su sed con violencia y sentido de superioridad. Pero yo jamás las olvidaré hermanas mías. Escribiré la cruda verdad sobre ustedes para que el mundo las recuerde. Lucharé por todas ustedes, por lograr la justicia de sus muertes, Pensaré en ustedes cada día, las guardé como valientes y fuertes seres del universo.
Sofía Rozzoto
Editora y columnista
Escritora y gestora cultural
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