Por Jonathan Olivares.
31 de agosto, 2020.
Últimamente el término “masculinidad frágil” ha sido utilizado dentro de las redes sociales, pero ¿Es en realidad el concepto de masculinidad actual un concepto fácil de romper o hay algo más detrás de este nuevo movimiento?
Antes que nada debemos comprender que durante años el término “masculino” ha tenido distintos significados de acuerdo al contexto social, tenemos el ejemplo de la Antigua Grecia donde la masculinidad era determinada por el poder territorial y el intelecto de la persona, asimismo los músculos y la brutalidad eran rasgos relacionados con el animalismo y la barbarie. Ya sin viajar tan atrás en el tiempo nos topamos con la definición de masculinidad a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, donde la inteligencia, la astucia, el raciocinio y el poder económico eran sinónimos de “un buen hombre” y “masculino”.
No obstante, durante la Segunda Guerra Mundial, la inteligencia y la preparación académica fueron desprestigiadas por las mismas necesidades de los países en guerra, que a su vez influyeron en el pensamiento de las demás naciones; es en este punto de la historia en el que los músculos sobrepasaron la inteligencia, y los rasgos que conocemos ahora como masculinos se volvieron una aspiración a los jóvenes. Fue cuestión de un par de décadas para que la nueva masculinidad posguerra se hiciera la única válida ante los ojos de la sociedad internacional.
¿Es la masculinidad un concepto frágil? No, es un concepto variable. Como se puede apreciar, socialmente el concepto de masculinidad no es un concepto rígido, es moldeable a lo que la gente piensa y opina. Sin embargo, ¿cuáles son las razones detrás de este abrupto cambio hacia el concepto de masculinidad hace setenta años? A pesar de ello, hoy en día, la sociedad ha traído a la mesa de la masculinidad conceptos como: el uso de maquillaje en hombres, las uñas pintadas, el uso de faldas y el tinte de cabello, afirmando que hay que romper el estereotipo que durante setenta años gobernó el término “masculino”.
Como es y será siempre, la masculinidad se adaptará a estas necesidades y contextos sociales para seguir prevaleciendo como un símbolo que puedan portar los hombres con orgullo. Ahora, estos conceptos actuales de lo que es y no es masculino han traído una enorme controversia alrededor del tema, y un debate se ha postulado en las redes sociales: por un lado tenemos grupos que afirman que la fuerza son los únicos elementos que deben ser considerados como masculinos, por el otro presentamos los ideales de distintos hombres que afirman estarían dispuestos a teñirse el cabello, pintarse las uñas o vestir falda con tal de demostrar que su masculinidad no es frágil.
La verdadera cuestión aquí es ¿cuál es la verdadera definición de masculinidad? Como ya vimos con anterioridad, la masculinidad es un término variable que se ve afectado por su entorno, un término que está en constante cambio. ¿Serán estas nuevas formas las únicas válidas dentro de unos años o serán suprimidas por los anteriores conceptos? No lo sabemos con certeza.
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