LA INFORMADEMIA
- Revista Luna: VDP
- 28 jul 2020
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 29 jul 2020
Dr. Carlos Interiano A principios del año 2020, la Organización Mundial de la Salud -OMS- comenzó a usar un nuevo término como analogía de la pandemia causada por el coronavirus Covid19. La llamaron Informademia. Según la OMS, Informademia es el exceso de difusión de noticias falsas o información sin sustento científico relacionada, en este caso, con la Covid19. Estamos luchando contra la pandemia causada por este virus letal, pero hay una pandemia aún más letal que asola a la Humanidad y es la causada por la incontrolable ola de noticias falsas e información sin sustento científico que a diario se genera en el mundo, era el sentir de esa organización mundial. Y la verdad, se quedaban cortos en su apreciación. La Informademia -recientemente le llaman Infodemia algunos expertos- no solo se refiere a rumores falsos sobre la Covid19 sino abarca todos los mensajes relacionados con esta pandemia de impacto mundial. La información sin base científica, las noticias falsas, los chistes, los memes, las imágenes y videos de diversa índole -desde el humor rosa hasta los más picantes de contenido sexual- forman parte de este fenómeno informativo. El centro de este fenómeno en el sistema comunicacional del siglo XXI son las redes sociales, una poderosa herramienta que es capaz de producir los efectos más nocivos en la vida cotidiana y en la estructura cultural del mundo. Una de las causas más visibles es que de pronto, impulsados por las medidas sanitarias tomadas por la mayoría de gobiernos del orbe, entre ellas, el confinamiento, inusitadamente el tiempo de ocio se vio impactado. Se llama tiempo de ocio a aquella franja que nos queda libre después del invertido en el trabajo, el estudio, la ingesta de alimentos y el descanso. Durante la pandemia de la Covid19, el tiempo de ocio se amplió considerablemente por la disminución -y en muchos casos, la anulación- de las horas de trabajo. Para comenzar, el teletrabajo anuló de tajo el tiempo invertido en el desplazamiento hacia los puestos laborales que, en promedio, era de 3 horas diarias. Algunos invertían hasta 5 horas en ir y venir a sus labores diarias. De tal manera que una persona en condiciones de confinamiento, dispone de entre 4 a 8 horas de lo que podríamos decir, ocio ampliado. Ahora bien, qué hacer con este tiempo adicional del que dispone la Humanidad y para el cual no estaba preparada, si se toma en cuenta, además, que por las mismas circunstancias de confinamiento están vedadas las actividades tales como: paseos, visitas a lugares de entretenimiento, reuniones, etc. Es lógico suponer que de alguna forma las personas tienen que llenar su tiempo de ocio, teniendo el hogar por centro de encierro; y no debemos olvidar que, como dice una canción popular: «aunque la cárcel sea de oro, no deja de ser prisión». La nueva nodriza: las redes sociales Hacia los años sesenta del siglo XX se llamó nodriza a la televisión porque virtualmente este aparato había sustituido a la madre en el entretenimiento de los hijos. Según estudios hechos en los centros urbanos -mi tesis de licenciatura, por cierto, fue sobre este tema- los niños y adolescentes miraban televisión un promedio de 4 horas diarias. Hoy día, la pantalla chica -como se le bautizó por oposición al cine- ha sido desplazada, por mucho, por los dispositivos móviles, aventajando incluso, a las computadoras de escritorio. La razón fundamental: el internet, y, dentro de esta maraña de ceros y unos que conforma el lenguaje binario, las crecientes e imparables plataformas digitales y las redes sociales. Una mente ociosa destruye o construye Los abuelos decían que el ocio es dañino. Se entiende, por supuesto, el ocio mal invertido. Tal es el caso del tiempo que muchas personas utilizan para cosas banales como publicar mensajes chocantes, burdos, sin ningún contenido constructivo, y, entre ellos, los mensajes falsos y perniciosos sobre la pandemia, o simplemente para hablar mal del prójimo o desfogar sus pulsiones sexuales reprimidas por los meses de encierro. Pero sería injusto pensar que las plataformas y las redes sociales en general constituyen las bestias del Apocalipsis. Más bien consiste en el uso que se les da. El impacto de la virtualidad también ha sido positivo en la ciencia y la cultura en general. Hemos venido constatando el inusitado surgimiento de múltiples intereses que, acaso por la rutina del diario trabajo en la modalidad tradicional, estaban inactivos. Hoy día es común recibir mensajes sobre recetas de cocina, manualidades, cultivos familiares, festivales de poesía, conversatorios sobre temática diversa, y quizá hasta citas románticas con vinos y velitas incluidas de manera virtual, entre muchas. El sistema educativo, otrora obsoleto, de pronto se ha revitalizado con el acceso al internet con sus diversas plataformas de estudio. El mundo del arte y la cultura se ha reposicionado, y en muchos casos se ha fortalecido. Por ejemplo, un recital de poesía o la presentación de un libro que en un espacio físico convocaba a 20 o 30 personas, a través de la virtualidad convoca a cientos. Las actividades formativas han experimentado durante la pandemia de la Covid19, un interés inusitado. La poesía, por ejemplo, es una de ellas. Hace poco, los miembros del colectivo literario Zanates y Clarineros y el canal digital Letras en Directo iniciamos un taller de poesía experimental, el cual estaría dirigido solo a jóvenes de Chiquimula si experiencia poética. Habíamos planificado tener un grupo de 30 participantes entre 16 y 25 años. Para nuestra sorpresa, y por publicar la convocatoria abierta, hay 219 inscritos, provenientes de varios países, especialmente de Latinoamérica y, por supuesto, de toda Guatemala. Esperanzadoramente, para el desarrollo de la poesía, el 65 por ciento son jóvenes entre los rangos de edad que habíamos previsto. En conclusión, la pandemia Civid19 no solo ha develado otra pandemia paralela, la Informademia. También han revelado el lado brillante de la virtualidad: su capacidad enorme para ser un mecanismo de desarrollo cultural y científico, si las mentes con sentido constructivo nos unimos para hacer del tiempo de ocio nuestro mejor aliado que nos permita crecer intelectual, cultural y espiritualmente. Carlos Interiano Director de comunicaciones. Escritor. Académico. Maestro. Ha publicado libros sobre diversos temas, entre ellos: comunicación, periodismo, cultura, educación, sociedad. En poesía ha publicado los siguientes textos: 1. Las Cosas Simples (1987) 2. Cadena de Sueños (1989) 3. Los Latidos del Silencio (1991) 4. Quatrobersos (Poemario colectivo, 1992) 5. Colectivo (1993) 6. Oliverio Castañeda de León (Antología, 1997) 7. Raíces del Viento (Poemario colectivo, 1997) 8. Para Hilvanar el Tiempo (1998) 9. Yo, la Poesía (1999) 10. Del Diluvio y la Calma (2000) 11. Pájaro errante (2017) 12. Canción para una Niña (Inédito) 13. Palabra Gris (pendiente de publicación) 14. Fuego en las dunas (poemario digital)
©️Carlos Interiano
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