Ya no tengo quince años
ni treinta ni cuarenta ni cincuenta
ni mil ni mil quininientos
ya no tengo edad para contar
la eternidad del mundo se me ha venido encima y se ha incrustado como una estalactita en las heridas profundas de la piel
mis ojos son solo dos agujeros negros que se tragan los últimos bocados de soledad
y mi voz es el eco lastimero de una fiera vencida por el tiempo
ya no me quedan años que arrancarle a la memoria
el tiempo se los ha llevado en un ciclón de veleidosos sueños
nada me queda aparte de las costillas rotas de una ilusión
al final de los tiempos
será la voz de un solo hombre
el que rompa el misterio de la aurora
y otros serán los que recojan la palabra
los que agiten con su aliento de mariposas dolidas
el cavernoso aullido de la muerte
y ya no tendré la edad ni la mirada vital para arrullar mis sueños
©️ Carlos Interiano
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