Tanto se habla de la lucha de la mujer por obtener un puesto que por naturaleza le pertenece. Hace muchos siglos, se reverenciaba a la mujer en las diferentes culturas y pueblos que tenían el matriarcado establecido. Se le veía, no solo como algo bello que trajo la naturaleza, sino, como el ser que era capaz de dar vida, no solo física, sino también espiritual.
Históricamente, la mujer fue quien descubrió la agricultura, observó los ciclos de la naturaleza, observó las plantas que se podían sembrar y cosechar, como germinaban y crecían y, algunas de ellas observaron las estrellas. Fue la mujer la que llevó al sedentarismo a sus gens, a los hombres que eran cazadores, se produce el asentamiento. La mujer es conocedora, práctica y utilitaria, por eso es filósofa por naturaleza. Protege, cuida, observa, nutre, alimenta, forma y educa a la prole. De su educación y formación surgen los mejores guerreros y los mayores dirigentes políticos, o los nobles.
Estas antiguas culturas tenían el concepto que la mujer era la conexión directa con lo divino. Que ella no necesitaba casarse para gobernar, como en el caso de Egipto y se le educaba en la sabiduría y la libertad que ejercía tanto su sexo como su género. Culturas como la egipcia, la espartana, la celta, veneraban y respetaban a la mujer como un ser íntegro, capaz.
Algunos pueblos se mantenían con el patriarcado, y llegó a instaurarse de manera indefinida durante muchos siglos. Durante este período, a la mujer se le relegó en segundo plano. Convirtiéndola solo en madre y esposa apagando su voz.
El miedo que el hombre llegó a tener a la inteligencia y sabiduría que poseían estas mujeres, ya sean sacerdotisas, sanadoras, brujas o chamanas, era imposible de asimilar para el hombre. Estos llegaron a creer que la mujer era menos que cualquier cosa.
Cuando en la antigua Grecia, por citar un ejemplo, las antiguas hetairas eran consideradas mujeres muy cultas y a ellas les consultaban en diferentes temas y sus consejos eran tomados muy en cuenta. Lo mismo sucedía con aquellas mujeres en el extremo oriente como las Geishas del antiguo Japón.
Vivimos en una cultura que nos limita en las acciones. Se observa a la mujer en general protestando y clamando por un puesto que históricamente siempre le ha pertenecido. Pero que irónicamente o inconscientemente lo ha perdido por diferentes motivos.
La historia nos ha contado sobre muchas mujeres que han logrado hacer historia en las diferentes ramas de la vida cotidiana. Hatseptsut, reina - faraón egipcia de la XVIII dinastía. Cleopatra, reina de Egipto durante la época Ptolemaica, Safo de Lesbos, fue poeta y le cantaba a Afrodita, Gildegard Von Bingen, religiosa y médico que ayudó a sanar a muchas personas tanto en lo físico como en lo espiritual, Hipatia de Alejandría, matemática y catedrática de la Biblioteca de Alejandría sus investigaciones la llevaron a revolucionar el astrolabio y observar el movimiento elíptico del sistema solar, Madame Curie, quien descubrió el radio y los peligros de la radiación, Enheduana, conocida en el mundo persa como la primera mujer en escribir poesía y gobernante, Fatima Al Fhiri, la mujer que fundó la primera universidad en la historia, Simone de Bauvoir en la filosofía y literatura. Amelia Earhart, la primera aviadora, Rosalind Franklin quien creó los cristales de diafracción de rayos x y creadora de la investigación del genoma humano, entre otras mujeres que, con sus habilidades, alzaron su voz sin necesidad de vociferar.
Pero el 8 de marzo se conmemora la lucha de un grupo de mujeres que fallecieron en la segunda mitad del siglo XIX, cuando se incendió la fábrica textil donde laboraban un grupo de damas que hacían una huelga exigiendo mejoras salariales y de condiciones laborales cobró la vida de más de cientos de mujeres, entre una serie de protestas que surgieron pidiendo la igualdad bajo la máxima bíblica: “todos nacimos iguales.”
Estas protestas que duraron décadas, fueron el artífice principal para terminar con la primera guerra mundial. Las mujeres de Europa, de Rusia y otros países exigieron el derecho al voto, a la educación, a la autonomía. Estas marchas y protestas se dieron entre el último domingo de febrero y el 8 de marzo, optando en 1975 el día 8 de marzo la fecha oficial de conmemoración del día de la mujer, siendo este año, el año de la mujer.
La mujer debe tomar su lugar en la historia. Reconocerse como el ser humano maravilloso que es, como individuo, con virtudes y defectos. Recordar que ella es la tierra fértil donde nacen todas las cosas bellas y las cosas oscuras; que tiene derechos y deberes. Que tiene derecho a saber que vale por lo que es y porque existe.
“Era tan gris, tan gris, que lo único que podía ser era madre y esposa. Se olvidó que es mujer, un individuo con actividades, decisiones y vida propia para depender de otros.” Gabriel García Márquez.
©️ Claudia Figueroa
Columnista Luna.
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